Era un periodista en la piel de un tigre malo muy cruel que no mataba.
El periodista político se metía a la pileta atrás nuestro haciéndose el que nos mataría.
Nosotros fingíamos la muerte para salvarnos.
Nos ahogábamos unos segundos hasta que el se calmaba.
Corrí mojado por el pasillo en busca de mi mochila y mi computadora, para poder escapar de Francia.
No me dejaban entrar al guardarropa hasta que enseñe a los empleados como se besaba y metia los dedos en el culo al mismo tiempo.
Alguien abrió la puerta y tuve que escapar por el baño en busca de mi felicidad que tenia que ver con un empapelado a rayas.
3 comentarios:
Hay veces que escapar no es la solución, si escapa el cuerpo y la mente sigue atada.
Menuda historia complicada pero llena de moraleja ..!
Mis saludos
Yo creo que es muy buena poesia, Felicidades paisana. Seguimos Creando ... !
Ja.
Soy hombre, no paisana!
Muchas gracias
Publicar un comentario